sábado, 27 de junio de 2009

LA DESCONFIANZA



EL CÁNCER DE LOS SENTIMIENTOS
En una ocasión hablando con un amigo, sentí un alto grado de desconfianza en sus palabras, que estas me indujeron a profundizar sobre las verdaderas razones de esta terrible enfermedad de este siglo. Más importante es el hecho de que este mal se ha generalizado tan intensamente que tenemos que considerar su trascendencia en el futuro desarrollo de las relaciones personales.
Todos hemos desconfiado de algo o de alguien alguna vez, pero que realmente podríamos decir que es desconfianza?...recelo, sospecha,incredulidad, aprensión, suspicacia, cautela, prevención, MIEDO… cualquiera podría situarse dentro de una de ellas partiendo del conocimiento de su origen o punto de partida.
Pero cuando encontramos personas que desconfían
hasta de su sombra
entendemos que los orígenes son tan extensos y variados, que podríamos estar frente a una enfermedad emocional que hay que desnudar.
La desconfianza, al igual que los celos, pueden tener orígenes reales que ponen en alerta el sistema de protección emocional de una persona ante un peligro inminente y activar mecanismos importantes de supervivencia
Pero cuando la desconfianza es generalizada, intensa, agresiva y fría es importante orientarnos en los fundamentos de su activación permanente, pues aparenta ser un sistema de alerta defectuoso o histérico no acorde con causas reales o significativas.
Encontramos personas que dan por hecho que los demás se van aprovechar de ellos, les van hacer daño o les van a engañar. Frecuentemente demuestran un control total de la realidad que dan por sentado que los demás viven en fantasías irreales o desconocen el terreno donde pisan. Se preocupan en expresar dudas no justificadas o no sustentables acerca del origen, intención o propuesta de sus amigos o socios que escrutan minuciosamente todo en busca de pruebas de intenciones hostiles o fraudulentas.
Las personas con este tipo de problemas son reacios a confiar o intimar con los demás porque temen que la información que compartan sea utilizada en su contra. Pueden negarse a contestar preguntas personales diciendo que esa información "no es asunto de los demás". En las observaciones o los hechos más inocentes vislumbran significados ocultos que son degradantes o amenazantes.
Alguien así, puede mal interpretar un error legítimo de un dependiente de una tienda con un intento deliberado de no dar bien el cambio o puede ver una observación humorística de un compañero de trabajo como si fuera un ataque en toda regla. Los halagos son frecuentemente mal interpretados. Por ejemplo, un elogio de algo que acaban de comprar puede mal interpretarse como una crítica por ser egoísta.
Pueden ver una oferta de ayuda como una crítica en el sentido de que no lo están haciendo suficientemente bien ellos solos.
Las personas con este trastorno suelen albergar rencores y son incapaces de olvidar los insultos, injurias o desprecios de que creen haber sido objeto. El menor desprecio provoca una gran hostilidad, que persiste durante mucho tiempo. Puesto que siempre están pendientes de las malas intenciones de los demás, sienten a menudo que su persona o su reputación han sido atacadas o que se les ha mostrado desconsideración de alguna otra manera.
Contraatacan con rapidez y reaccionan con ira ante los ultrajes que perciben. Son personas con las que generalmente es difícil llevarse bien y suelen tener problemas de relaciones personales. Su suspicacia y hostilidad excesivas pueden expresarse mediante las protestas directas, las quejas recurrentes o por un distanciamiento silencioso claramente hostil.
Puesto que están excesivamente atentos a las posibles amenazas, pueden comportarse de forma cautelosa, reservada o tortuosa y aparentan ser "fríos" y no tener sentimientos de compasión. Aunque a veces parecen objetivos, racionales y no emotivos, con mayor frecuencia se muestran obstinados, hostiles e irónicos, lo que a su vez sirve al sujeto para confirmar sus expectativas iniciales.
Por que el desconfiado desconfía?
1-Cuando el hombre se cierra en su propia persona, sólo persigue su propia conveniencia. Y a eso se le llama egoísmo por definición. De ahí nace la desconfianza generalizada. Si alguien sólo busca su propio interés, pensará por principio que lo mismo ocurre con su prójimo, con lo que su actitud hacia él es de desconfianza, pues el puro interés es divergente de unas personas a otras. En el fondo, si hay una resistencia a aceptar algo tan fácil de entender como esto, es porque se sabe que sin confianza no se puede vivir. La economía, la política y las relaciones sociales –empezando por las familiares- en una sociedad libre se basan en la confianza. El problema, en congruencia con ese individualismo tan extendido, es que se aprecia un progresivo deterioro de esa confianza en todos sus aspectos.
2-Cuando sus patrones formativos no le dieron seguridad. Comencemos por la familia,si en esta se produce un sistema de desconfianza generalizada donde el niño ve agresión o se mantiene en constante alerta de amenaza de abandono , violencia, resistencia, mala intención, engaño o mentira, este crecerá sin experimentar o crear sus propias conclusiones de las situaciones y permanecerá tomando como suyos los patrones heredados de sus padres. Hay una parte de la confianza que se experimenta por las libertad de las vivencias, pero si el niño se ve sometido a limitaciones constantes o severas, este asumirá las limitaciones como parte de la desconfianza a experimentar vivencias por si mismo.
3-Fallo en el cumplimiento de las instituciones de protección. Esto ocurre en la política, donde la confianza en los políticos y en las instituciones de protección y servicio se ven afectadas por corruptos o lideres deshonestos que velan mas por sus intereses personales que por el interés general. Se crean sentimientos de desanimo, decepción, inseguridad y miedo ante situaciones futuras.
4-Cuando las vivencias negativas sobrepasan el umbral de tolerancia y se bloquean los sistemas emocionales como protección ante una situación real, pero también ficticia.Las experiencias traumáticas en diferentes individuos no dejan la misma huella pero se podría dar el caso que solo una vivencia intensa y significativa cree en el individuo un prejuicio generalizado en las subsiguientes.Se crean los llamados cayos emocionales, por tanto dolor o daño recibido.
5- El individuo pierde la objetividad y el discernimiento de las situaciones y reacciona violentamente con una conducta condicionada en su pasado. Ahí el individuo se ofusca en la creencia que apoya su desconfianza, más que en el juicio lógico de las pruebas, en la veracidad de la información o en su procedencia.Pierden la tolerancia para escuchar por que se centran en su autonomismo y en la centralidad de sus juicios.
6-Traspasa su ira en forma de desconfianza. No todas las personas saben controlar los sentimientos negativos y mucho menos canalizarlos efectivamente…cuando ocurre un almacenamiento de pensamientos y emociones que no se resuelven adecuadamente se traducen en ira o enojo que posteriormente el individuo desplaza hacia otros en forma de desconfianza extrema. Esto conlleva a crear en el otro disgusto o alteración evidente llegando a completar para estos su objetivo.
7-Podría estar presentando un serio trastorno de la personalidad llamado paranoia. La paranoia es una desconfianza infundada o exagerada, alcanzando a veces proporciones inesperadas. Los individuos paranoicos sospechan constantemente los motivos de todas las acciones o actitudes alrededor de ellos, y creen que ciertos individuos, o la gente en general están intencionalmente predispuesta a engañarlos, mentirles, herirlos afectar sus intereses o atacarlos.
Pero los orígenes de la desconfianza, y debí comenzar por ahí, se remontan muy atrás en la historia…la desconfianza de la humanidad comienza cuando desconfío de DIOS. Y se dibuja en el principio de génesis: el hombre NO SE FÍA de Dios. Sospecha que le quita algo de su vida, de su libertad, para el, Dios es la competencia que limita hacer lo que a el le da la voluntad. La consecuencia inmediata es la quiebra de la confianza entre Dios y entre el hombre y la mujer.
El individuo alejado de Dios ha creado una sociedad de seres solitarios internamente y socialmente a merced del que tenga el poder, que no le importan los sentimientos de los demás cuando se ven afectados por una desconfianza franca, fría y desconsiderada.
Pero, que podemos hacer para ayudar a estas personas que presentan ese mal, como podremos combatir la crisis de confianza que arropa al mundo?
podría resumir con la gran Regla de ORO,en donde debemos ponernos en el lugar del otro y no hacer lo que nos nos guste que nos hagan....pero en cuanto a los desconfiados que han podido completar este articulo...solo les recuerdo, que con la misma vara que miden....pronto, serán medidos.


Dra. Lopez